LOS HITITAS, PRECURSORES DE INVENTOS

 

    Los hititas son conocidos por su trabajo con el metal, al haber sido los precursores del dominio del hierro como material para la creación de instrumentos y armas, utilizando el bronce y la técnica de fundición. Este factor favoreció el desarrollo de su ejército y el avance tecnológico. Por otro lado, cabe destacar que fue una de las primeras civilizaciones en aprender y establecer la escritura, tanto jeroglífica como cuneiforme, de lo que se conservan numerosos ejemplos en tablillas. 

    

    En lo que respecta al ámbito bélico, Juan Manuel González Salazar, de la UAM, en su artículo El Imperio Hitita. Características esenciales y cauces de desarrollo de una organización imperial hegemónica del Oriente Próximo constata que “las expediciones militares buscaban sólo el prestigio y el botín de guerra, y no tanto la ocupación metódica y permanente de las regiones conquistadas por las armas”. Debido a esta metodología, uno de los inventos fundamentales para los hititas fue el carro de guerra, por el que serían reconocidos característicamente, facilitando el desplazamiento del ejército y la estrategia de guerra. 

    Este elemento de dos ruedas (del que se cree que tiraban dos caballos), estas hechas con seis radios marcando un antes y un después en la construcción de carros de combate, ya que este número permitía mantener el soporte, la durabilidad y la ligereza unida a la rapidez mientras el carro aceleraba. Se convirtió en el arma principal de los hititas, que a diferencia de otras civilizaciones como la egipcia, en la que los carros los solían ocupar un conductor y un soldado armado de arco y jabalinas, los disponían con 3 hombres habitualmente: uno destinado a conducir, otro que portaba un escudo para defender y un último guerrero provisto generalmente de una lanza para enfrentarse a corta distancia. Un ejemplo de guerra muy conocido en el que se hizo uso de este instrumento es la Batalla de Qadesh.

    Aparte de los carros de caballos, el ejército hitita contaba con el armamento propio de la época. De esta manera, se estructuraban sus divisiones de infantería a base de lanzas, hachas, jabalinas, arcos y espadas en forma de hoz, además de los cascos y escudos para protegerse de los ataques enemigos.